La acidez de estómago no es un karma
Actualizado el día 14 de febrero de 2023 por Javier Zaragoza Villanueva
¿Verdad que en verano, con el cambio de rutinas, nuestro aparato digestivo sufre más? Y claro, comidas más copiosas, alcohol más generoso, siestas de manta y orinal… derivan en… ¡Acidez de estómago! Vamos a contarte exactamente qué es la acidez de estómago. Y lo más importante, cómo solucionarla. Porque de veras que no es un karma con el que debas cargar el resto de tu vida… ¡Ni siquiera lo que queda de verano!
Como probablemente ya has comprobado, la acidez de estómago es una sensación de ardor justo debajo o detrás del esternón, que en ocasiones sube hasta la garganta. Resulta que la comida pasa del esófago al estómago a través del esfínter esofágico inferior. Pero a veces el esfínter no se cierra, y parte de la comida que estaba siendo digerida vuelve al esófago y lo irrita. Porque claro, para digerir la comida el estómago segrega ácidos. Si además padeces hernia de hiato, tomas ciertos medicamentos o estás embarazada, puede que hayas asumido que la acidez sea una constante en tu vida. Pero hay soluciones.
Si el problema se debe a la hernia de hiato o a medicación, te rogamos encarecidamente que consultes con tu médico de cabecera. Cuando se trata de acidez ocasional, sólo se precisan algunos cambios de hábitos o medicación que se adquiere sin receta. Entre los hábitos a cambiar se encuentran: – Reducir el consumo de alcohol. – Evitar las comilonas. – Intentar no “ponernos en horizontal” inmediatamente después de comer. Que sí, que ya sabemos que justamente cuando te das la comilona es cuando más te apetece ponerte en horizontal… ¡pero ambas cosas favorecen el reflujo! Y, por supuesto, también en farmacia y parafarmacia FarmaZara podemos ayudarte.
Para tratar la acidez de estómago, te puedo recomendar:
La acidez ocasional se debe a factores muy controlables. Y para cuando ya es un hecho, la farmacia y la parafarmacia te ofrecen soluciones muy prácticas. Como otras tantas afecciones del aparato digestivo, es más común en verano porque cambian nuestros hábitos. Hay que darle a este problema el espacio justo… ¡y solucionarlo, por supuesto!
