Hernia inguinal: ¿Qué es? Síntomas, diagnóstico y tratamiento
Actualizado el día 14 de febrero de 2023 por Javier Zaragoza Villanueva
Los procedimientos quirúrgicos para corregir hernias inguinales son muy frecuentes y, por lo general, no presentan complicaciones. De acuerdo con la información médica, existen diferentes clases de hernia, dentro de las que hallamos la inguinal. Los hombres tienen un riesgo de padecerla en un 27%, mientras que las mujeres solo un 3%.
En este artículo analizaremos qué es una hernia inguinal, sus síntomas y posibles causas. Además, hablaremos del diagnóstico y tratamiento para una hernia inguinal.
¿Qué es una hernia inguinal?
Es una protuberancia que aparece en la zona baja del abdomen, puede ser dolorosa, sobre todo al hacer fuerza en esta zona. Surge cuando hay debilidad en algún punto de los músculos abdominales, haciendo que el intestino salga por el lugar menos fuerte, pudiendo notarse en el exterior. Ocurre normalmente en hombres, aunque en muy pocos casos, también en mujeres.
Algunas hernias no presentan dolor ni requieren de intervención quirúrgica, por lo que, en caso de padecerla, se debe consultar al médico, especialmente si la hernia aumenta de tamaño o intensifica su dolor. Existen varias alternativas para reparar una hernia en la ingle. El paciente junto con el médico determinarán cuál es el mejor tratamiento a seguir.
Una hernia que duele constantemente y aumenta de tamaño, si no se trata, puede terminar provocando complicaciones que llegan a poner en peligro la vida de quien la tiene.
Síntomas de una hernia inguinal
Los síntomas pueden variar dependiendo del estado de la hernia. Pueden o no ser visibles o presentar dolor. Analicemos los síntomas más comunes.
- Bulto. Este se presenta en el área del pubis.
- Dolor. También puede ser ardor en la zona cercana a la ingle.
- Presión. Sensación de presión o pesadez, también en la ingle.
- Inflamación. En hombres se puede apreciar hinchazón en los testículos. Esto ocurre cuando la hernia ha bajado, invadiendo el escroto.
Las hernias inguinales también pueden aparecer en bebés y niños. Esto se debe a un problema de debilidad en la pared intestinal desde el nacimiento.
- En bebés. Cuando los bebés tienen este problema, la hernia no se nota fácilmente. Puede aparecer un pequeño bulto únicamente cuando el bebé llora, tose o puja, durante la evacuación intestinal.
- En niños. Los niños pueden sentir por sí mismos el bulto. En algunos casos, al igual que ocurre con los bebés, solo se nota cuando tosen, evacúan el intestino, pasan mucho tiempo parados o realizan actividades que requieran fuerza en los músculos intestinales.
El espacio del intestino que se ha salido de la pared abdominal puede agrandarse. Esto puede impedir que el intestino vuelva a su lugar y se encarcele la hernia. Esto puede causar un impedimento para que las heces fecales sigan su tránsito intestinal.
Una hernia estrangulada puede provocar la muerte de los tejidos intestinales afectados al cortar el flujo de sangre. Si esto ocurre, se convierte en una emergencia médica. Dentro de los síntomas que señalan que la hernia está estrangulada, se encuentran fiebre, náuseas y vomito, dolor abdominal intenso, problemas para evacuar y un bulto de color rojo oscuro.
Para que sea considerada la posibilidad de que se trate de una hernia estrangulada, se tienen que presentar todos estos síntomas al mismo tiempo.
Causas y diagnóstico de una hernia inguinal
A veces, las hernias aparecen sin razón aparente, mientras que otras pueden ser la consecuencia de ciertos factores. Analicemos algunas posibles causas de hernia inguinal.
- Debilidad. Como, por ejemplo, un punto débil en la pared abdominal. Esto podría ser la causa de una intervención quirúrgica que afectó su fortaleza natural.
- Esfuerzo físico. Puede ser realizar grandes esfuerzos para defecar u orinar. Lo mismo es aplicable a las personas que realizan actividades físicas muy exigentes.
- Tos o estornudos. Especialmente cuando son constantes.
- Embarazo. El embarazo afecta a las mujeres en su forma física, por lo que el riesgo de padecer una hernia es mayor, aunque esto pocas veces ocurre.
Existen algunos factores de riesgo que aumentan la posibilidad de presentar una hernia inguinal. Estos son algunos de ellos.
- Sexo. Los hombres tienen más posibilidades de padecer de una hernia que las mujeres.
- Enfermedades. Especialmente las que obligan a hacer esfuerzo físico, como por ejemplo, tos o estreñimiento crónico.
- Problemas de nacimiento. Los bebés prematuros y bajos de peso son más propensos a padecer una hernia.
- Antecedentes familiares. Si dentro de la familia alguno de sus miembros presenta esta enfermedad, el riesgo de que otro pase por lo mismo es muy alto.
- Edad avanzada. Debido a lo frágil que va volviendo el cuerpo.
Para diagnosticar una hernia inguinal es suficiente con un examen físico. El médico palpa la zona en la que se presenta el dolor, o pide al paciente que realice fuerza, para que la hernia se haga visible. Si con estas pruebas aún no se consigue un diagnóstico exacto, el doctor puede recomendar la opción de pruebas por imágenes, como una ecografía, tomografía o resonancia.
Tratamiento para una hernia inguinal
Hay hernias que no necesitan operación. Esto depende del tamaño y las molestias que ocasione. Cuando la operación es necesaria, se puede considerar una de las dos opciones siguientes.
Reparación abierta
Para este procedimiento se puede usar anestesia local o general. El cirujano realiza una incisión amplia para utilizar la mano y ubicar suavemente el intestino. En ocasiones, es más recomendable vaciar o extirpar el saco de la hernia. Se refuerza la zona con malla sintética para evitar una reaparición.
Reparación mínimamente invasiva
Se procede con una laparoscopia empleando anestesia general. El cirujano llena de aire el abdomen para tener el espacio suficiente para ver la zona, y así poder trabajar con los pequeños instrumentos que necesita para colocar la malla sintética. Este procedimiento deja menos cicatrices y molestias, lo que permite que el paciente vuelva a realizar sus actividades cotidianas con mayor prontitud.
Podemos tomar en cuenta las siguientes recomendaciones para prevenir una hernia inguinal o una reaparición. Por ejemplo, mantener el peso adecuado según la edad y altura, evitar levantar pesos excesivos o hacerlo con mucho cuidado y evitar vicios como el uso de tabaco.
Bibliografía
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