Herpes zóster: qué es, síntomas y causas
Actualizado el día 19 de mayo de 2023 por Javier Zaragoza Villanueva
Uno de los ocho virus herpes más conocidos es el virus varicela-zóster. Cuando infecta por primera vez ocasiona la varicela, y en posteriores reactivaciones produce el herpes zóster.
Según estadísticas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, un 15% de la población experimentará un episodio de herpes zóster en algún momento de su vida, siendo más común en personas mayores de 60 años.
El herpes zóster produce neuralgia posherpética como principal consecuencia. A continuación se señalan las causas de esta enfermedad, así como sus síntomas y tratamiento.
1. ¿Qué es el herpes zóster?
De acuerdo al portal de CINFA “tras sufrir la varicela, el virus varicela zóster se aloja en los ganglios, donde permanece latente, pero, en algunos casos —generalmente después de los 60 años de edad— puede reactivarse y producir el herpes zóster, también llamado culebrilla”.
Puede concebirse el herpes zóster como una reactivación del virus varicela-zóster, y como se sabe, las segundas partes nunca son buenas.
Se manifiesta en la piel en forma de una erupción dolorosa, afectando por lo general a un lado de la cara o áreas del cuerpo como el tórax, las cervicales y la zona lumbar, especialmente en las zonas del cuerpo donde la afectación de la varicela previa fue más intensa.
Esta patología incluso puede afectar al ojo, se conoce como herpes zóster oftálmico, el cual puede afectar seriamente la visión.
2. ¿Qué factores originan el herpes zóster?
Como se ha señalado anteriormente, la causa del herpes zóster es la reactivación del virus de la varicela, el cual ha quedado latente en los ganglios linfáticos nerviosos de la persona que ha sufrido varicela, y se reactiva hasta llegar a las fibras nerviosas de la piel.
Existen varios factores que predisponen a las personas a padecer esta enfermedad, entre los cuales podríamos destacar los siguientes:
- Edad. Aunque se puede presentar en niños que han padecido anteriormente de varicela, su incidencia en personas mayores es muy alta, debido a que su sistema inmunológico es débil. Se considera que a partir de los 70 años la probabilidad de padecer de herpes zóster es mayor.
- Pacientes con sistema inmunológico deprimido. Entre las personas que pueden desarrollar esta enfermedad están aquellas que se someten a tratamientos con quimioterapia o radioterapia, los que ingieren medicamentos inmunosupresores como los pacientes trasplantados y también los pacientes infectados por VIH.
- Otros factores. La exposición excesiva al sol y el estrés son otros factores que pueden desencadenar la enfermedad.
3. ¿Qué síntomas acompañan al herpes zóster?
De acuerdo a la Asociación Española de Vacunología las manifestaciones del herpes zóster son:
- Erupciones en la piel. Estas aparecen en la zona torácica o lumbar, presentan una base inflamatoria y son muy dolorosas. La erupción rodea de forma lineal un lado del tórax. Algo característico de esta enfermedad es que las lesiones se limitan a un único lado del cuerpo. Se considera que la afectación más grave es la que afecta los nervios de la cara.
- Síntomas generales. En algunas personas esta enfermedad cursa con dolor de cabeza, malestar de estómago, inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre, malestar general y cansancio.
- Neuritis aguda. Produce inflamación de un nervio, produciendo dolor punzante constante o intermitente que precede a la erupción en días o semanas.
- Sensación de picor. Se experimenta en la zona cutánea, especialmente en el tronco y en pocos días se presenta un enrojecimiento de la piel.
4. ¿Se puede contagiar el herpes zóster?
Sí, se puede contagiar. El contacto directo con las secreciones de las ampollas es la principal vía de contagio. Ahora bien, la persona que entra en contacto con este virus por primera vez desarrollará varicela en lugar de herpes zóster.
Esta afección no es contagiosa sino hasta que se forman las ampollas, además una vez que estas se secan no se corre el riesgo de transmitir la enfermedad.
5. Diagnóstico del herpes zóster
La correcta valoración de esta enfermedad se inicia con un examen físico del paciente, para detectar el sarpullido y las ampollas que son signos característicos del herpes zóster.
En algunas ocasiones el médico podría indicar un cultivo virológico de las vesículas en la fase inicial de la enfermedad. También puede tomarse una muestra de sangre del afectado para su posterior análisis, a fin de determinar si hay concentraciones elevadas de anticuerpos.
En casos muy aislados se recurre a una biopsia de la piel. Es importante el diagnóstico temprano de la enfermedad para evitar problemas neurológicos y auditivos o infecciones bacterianas de la piel, entre otras complicaciones.
6. ¿Cómo tratar el herpes zóster?
La recomendación de la Sociedad Española de Medicina Interna con relación al tratamiento del herpes zóster es la siguiente:
- Uso de antivirales. Algunos de estos medicamentos son el aciclovir, valaciclovir y el famciclovir. Su eficacia radica en que ayudan a acelerar la curación de las lesiones y reducen el riesgo de neuralgia postherpética. Suele indicarse su administración por vía oral durante 7 a 10 días. En el caso de pacientes con SIDA, se recomienda su hospitalización para administrar aciclovir por vía intravenosa.
- Medicamentos de uso tópico. Su aplicación sobre las lesiones cutáneas puede acelerar el proceso de cicatrización. Se recomienda aplicar fomentos de sulfato de zinc diluidos.
- Analgésicos. Si se presenta neuralgia posherpética, el empleo de analgésicos puede calmar el dolor, entre ellos están el clorhidrato de amitriptilina y el clorhidrato de flufenazina. Otras opciones son la gabapentina y pregabalina, siempre y cuando el paciente las use con prescripción médica.
En resumen, si se diagnostica y se trata a tiempo, el herpes zóster puede superarse en pocas semanas.
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